LOS 616 MIL MUERTOS COVID-19 Y LA CARA DEL DR. LÓPEZ-GATELL
Fuente: Universal, Opinión, Juan Pablo Becerra-Acosta M.
Don Raúl, mexiquense de 59 años, y su esposa Zoyla, de 50, también oriunda del Estado de México, tenían tres años viviendo en la azotea de un edificio de Polanco. Dormían en un cuartito sin ventanas de tres por dos metros y medio, con una cama y una pequeña repisa como único mobiliario posible en ese diminuto espacio. El hombre, portero del condominio, desfallecía: en el oxímetro saturaba un inaudito 29% de oxigenación, cuando lo normal es tener arriba de 90%. El video de ese día, que todavía conservo, marca que eran las 16:57 del 9 de julio del 2020 cuando llegué al lugar acompañando a tres paramédicos. Poco antes, en la radio de la ambulancia de la Cruz Roja, escuchamos que había un código blanco, una emergencia por un enfermo Covid-19. Eso buscábamos. Don Raúl, que ya casi no hablaba, tenía tres días sintiéndose muy mal hasta que, ante la insensibilidad de sus patrones, y desesperado porque apenas conseguía respirar, le rogó a su mujer que pidiera auxilio.