Fuente: Excelsior, Opinión, Ruth Rodríguez
México, lamentablemente, sigue teniendo dos rostros: el de las enfermedades asociadas a la pobreza, que ya están abatidas en muchos países, como la diarrea, y el de los padecimientos de ricos, generados por los estilos de vida y los malos hábitos alimenticios. Lo triste es que sexenios van y vienen, pero el panorama de salud de los mexicanos no cambia. Por eso, no causaron ninguna sorpresa los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2022, que realizaron el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud (Ssa), cuyos datos recientemente fueron publicados. Las cifras de desnutrición, talla baja, anemia, plomo en la sangre en niños, obesidad, sobrepeso, diabetes y falta de vacunación no son nada alentadoras, así como persiste la falta de acceso a la atención médica, que ha generado que más de la mitad de la población acuda al servicio médico privado. La Ensanut es lo más certero que tiene la Ssa para conocer el estado de salud y las condiciones nutricionales de los diversos grupos que conforman la población, con datos anuales para comprender mejor el panorama de salud en nuestro país. Esta encuesta también sirve para medir el impacto de los programas y es una herramienta para la toma de decisiones en políticas de salud.