Fuente: Imagen del Golfo, Mundo
En el intrincado mapa de la pandemia, dos nuevas subvariantes del Covid-19 emergen. Bautizadas como Fornax y Eris, estas manifestaciones del virus han revivido el debate sobre la naturaleza cambiante del enemigo invisible que desató una pandemia global. Desde la irrupción de la variante Ómicron en 2021, el escenario viral ha sido un constante torbellino de mutaciones y adaptaciones. Ahora, estas dos subvariantes han surgido como legados de su predecesora, encontrando terreno fértil en varios países. Las variantes Alpha, Beta, Gamma, Delta, desaparecieron. La variante Ómicron y sus derivadas han sustituido a las demás por su eficiente transmisión. La nueva subvariante Eris está en este momento en observación para catalogarla como variante de preocupación o de interés en las próximas semanas. En tres años, el virus que tuvo sus orígenes en Wuhan ha tejido un intrincado laberinto de contagios, dejando a su paso 769 millones de casos en todo el mundo hasta agosto de este año, según las estadísticas de Statista. Estas mutaciones son el resultado de cambios en su código genético, un proceso que ha engendrado diversas variantes y subvariantes a lo largo de este período.