Milenio, Ciencia y Salud
La aterosclerosis (acumulación de placas de grasa en las arterias) y sus factores de riesgo asociados no son solo las principales causas de enfermedad cardiovascular, sino que también están implicados, aunque en menor grado, en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer. Así lo indica una investigación liderada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y que publica The Lancet Healhty Longevy. La investigación podría “tener importantes implicaciones” para la práctica clínica, ya que apoya la implementación de estrategias de prevención cardiovascular primaria en etapas tempranas de la vida como enfoque valioso para una longevidad cerebral saludable, indica el CNIC. “Cuanto antes empecemos a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejor será para nuestro cerebro”, resume Valentín Fuster, director general del CNIC y uno de los autores principales del estudio.