Fuente: N Más, Salud, Elisa de Gortari
El Ozempic y otros nuevos medicamentos para la diabetes han resultado exitosos para adelgazar. No obstante, este efecto inesperado no había sido apropiadamente estudiado por los científicos. Cuando se desarrolló la semaglutida, sustancia detrás de la marca comercial Ozempic, se le pensó como un medicamento para controlar el metabolismo de los pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, pronto se descubrió que también era útil para las personas sin esta enfermedad. Tras su aprobación en Estados Unidos como un medicamento inyectable, el Ozempic adquirió una enorme popularidad como un producto para adelgazar. Aunque su efecto estaba comprobado, los científicos aún no tenían claro cómo este fármaco permitía a las personas sin diabetes 2 bajar de peso de forma sostenida. Ahora, un estudio publicado en Science ha explicado con mayor precisión el mecanismo que permite a la semaglutida que una persona sienta saciedad. Como ya era sabido, al ingresar al cuerpo, la semaglutida es confundida por el cerebro con la GLP-1, la sustancia que indica la saciedad tras ingerir alimento. Lo que no se había investigado apropiadamente era cómo el cerebro interpretaba esta sustancia. El nuevo estudio identificó qué área del cerebro está involucrada en la sensación de saciedad que ocurre al ingerir Ozempic y otros fármacos similares.