Heraldo de México, Opinión, Jaime Núñez
La carrera por desarrollar nuevas vacunas entró en una nueva etapa, con tecnologías innovadoras que buscan protegernos de enfermedades emergentes y recurrentes. En este contexto, la biofarmacéutica GSK, que lleva Emma Wamsley, desarrolla una vacuna combinada contra la gripe y el COVID 19 que se encuentra en su segunda fase de ensayos clínicos, lo que representa un avance significativo en la lucha contra estos virus. Tuve la oportunidad de visitar la planta Rixensart de GSK en Bélgica, donde conversé con Yannick Vanloubbeeck, director de inmunología, investigación y desarrollo, quien compartió detalles sobre los progresos que prometen cambiar el panorama de la salud pública en los próximos años. La vacuna en desarrollo utiliza la tecnología de ARN mensajero (ARNm), la misma que demostró su efectividad durante la pandemia. El investigador compara las vacunas tradicionales con una “comida” que el sistema inmunológico debe reconocer y procesar, mientras que las de ARNm funcionan como una receta que permite a las células producir la proteína necesaria. Esto hace que el sistema inmunológico aprenda y se prepare más rápido para atacar al virus real en el futuro, haciendo las vacunas de ARNm más adaptables y rápidas en su desarrollo.