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marzo 21, 2024

Cáncer cervicouterino, quince factores de riesgo

Fuente: Gaceta UNAM, Noticias

En 1925, el médico griego, Yeoryios Papanikoláu, realizó estudios de histología (análisis de los tejidos) en cobayas hembras con la intención de identificar si existía hemorragia vaginal en estos mamíferos. Con un espéculo nasal como herramienta, hizo un frotis para obtener células vaginales que examinó en un microscopio y logró identificar algunas de diversas formas y patrones. Posteriormente repitió el procedimiento en su esposa para observar si existían similitudes en cuanto a la variación de las células vaginales humanas. Después amplió su estudio con un grupo de mujeres voluntarias en las que halló que la vagina humana se conforma de diferentes células; sin embargo, entre las voluntarias se encontraba una mujer que tenía cáncer de cuello uterino. Al observar las deformaciones que existían en las células vaginales quiso comprobar si este hallazgo se presentaba en todas las mujeres que padecían esta enfermedad y convocó a un grupo en el que algunas fueron diagnosticadas con este tipo de cáncer, lo que le permitió confirmar las variaciones en el tejido celular, hecho que representó una revolución en la detección del cáncer cervicouterino (CaCu). A ese método se le nombró papanicoláu, en honor a su descubridor.