Sol de Tampico, Opinión
Durante años, el índice de masa corporal (IMC) ha sido una herramienta ampliamente utilizada por asociaciones internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS), para clasificar el peso de las personas. El IMC se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre la estatura en metros cuadrados. Por ejemplo, una persona que mide 1.70 metros y pesa 85 kilogramos tiene un IMC de 29.4, lo que, según los criterios actuales, la clasificaría como con “sobrepeso”. Sin embargo, ¿realmente tiene exceso de grasa? Imaginemos a una persona que realiza entrenamiento de fuerza y tiene un peso elevado debido a su masa muscular. ¿Sigue siendo válida esta definición en su caso? Un estudio reciente, publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, cuestiona la precisión del IMC como indicador de salud y sugiere la necesidad de adoptar nuevas estrategias que evalúen el porcentaje de grasa corporal (%BF, por sus siglas en inglés). Esta investigación, basada en el análisis de datos de 16,000 personas, concluye que el IMC no siempre refleja con exactitud el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, como diabetes o problemas cardiovasculares.