Fuente: Excelsior, Opinión, Ruth Rodríguez
El presidente Andrés Manuel López Obrador sí que le tiene mucha fe al grupo del extinto Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), al grado que designó a Alejandro Calderón Alipi como nuevo director general del IMSS-Bienestar, quien tiene pocos años de experiencia en la administración pública en temas de salud. Y es que las cartas de presentación de Alejandro Calderón no son las más sobresalientes, pues su desempeño al frente de la Coordinación Nacional de Abastecimiento y Distribución de Medicamentos del Insabi, un área de mucho poder donde se realizaban las compras consolidadas de medicinas de todo el sector salud, no fueron las mejores ni las más transparentes. A la fecha, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, el Insabi les adeuda 4 mil 700 millones de pesos por compra de medicamentos. El viernes pasado mencioné en mi cuenta de Twitter, @Ruth_RodriguezP, los cambios que venían en el IMSS-Bienestar, como que fue nombrado como director de esta institución Alejandro Calderón en lugar de Gisela Lara Saldaña, quien tiene más de 30 años de experiencia en salud, pero que no es cercana al Presidente.