Fuente: Milenio, Ciencia y Salud, Lizeth Hernández
En septiembre de 2019, una gran explosión acompañada de un incendio dentro de un laboratorio ubicado en Rusia del Este, provocó alarma ante la posible liberación de agentes infecciosos, entre ellos, el primer y más letal virus en ser erradicado. El evento ocurrió en el Centro Estatal Ruso de Investigación sobre Virología y Biotecnología, conocido también como el Laboratorio Vector, ubicado en la Siberia rusa. Este espacio, junto con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedad de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) en Atlanta, se han convertido en los únicos lugares en el planeta en los que es posible encontrar a la viruela, enfermedad que acabó con la vida de cientos de millones de personas. En aquel entonces se confirmó que ningún material biológico almacenado, incluido el antiguo virus, fue liberado durante el estallido, sin embargo, sí detonó un viejo debate ¿deberían ser destruidas aquellas muestras? Y es que, hoy en día, la viruela es considerada una potencial arma biológica. Por ahora, y en virtud de un acuerdo de la OMS firmado en 1979, se ha optado en dar resguardo a las dos muestras, bajo el argumento de que siguen siendo útiles para la investigación. La viruela acompaña a la humanidad desde hace miles de años, un estudio señala que apareció alrededor de 10 mil 000 a. C., en la época de los primeros asentamientos agrícolas en el noreste de África.