Fuente: Newsweek, Noticias
Entre algunas razones para empezar dietas destacan la pérdida de peso y con ello una mejor salud, un óptimo rendimiento deportivo y las creencias personales o éticas como son los platillos basados en vegetales por cuestiones ambientales —vegetarianos y veganos—. No obstante, algunas de ellas, como las dietas antiinflamatorias, están pensadas en ayudar a reducir los niveles de inflamación que en algunos casos pueden causar estragos silenciosos en el cuerpo humano de no controlarse. De acuerdo con Karla Saint Andre, endocrinóloga del Hospital Houston Methodist, quien a su vez se basó en estudios, “las personas que llevan una dieta antiinflamatoria tienen un menor riesgo ante muchas afecciones crónicas de salud, incluidas las enfermedades cardíacas”. Además, pueden ayudar a controlar y mejorar la diabetes, artritis, psoriasis, asma, enfermedad del hígado graso, el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y algunas otras condiciones como el dolor en las articulaciones.