Fuente: Reforma, Opinión, Verónica Baz
En México, y en muchos otros países, los gobiernos han fracasado en cerrar las brechas para que no haya diferencias significativas en los servicios de salud a los que pueden acceder las personas de distintos estratos socioeconómicos. Frente a esta adversidad que enfrenta el sector público y ante la imperante necesidad que tienen las personas por servicios de calidad, empresas y organizaciones sin fines de lucro han venido a quitarle presión al sistema. La diferencia entre lo que las personas quieren y lo que los servicios públicos y privados ofrecen, ha brindado, además, una oportunidad única para innovar y crear modelos que puedan atender a la base de la pirámide económica. Tres casos que podrían ejemplificar la forma en la que esfuerzos independientes del gobierno le han quitado presión al sistema de salud son: los consultorios médicos en las farmacias, el modelo que desarrolló Salud Digna y el de Clínicas del Azúcar.